Frutas y Verduras Frescas y Sanas

Última actualización : 01/09/2000
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    Para mantenerse sano, es importante seguir una dieta rica en frutas y verduras frescas. Sin embargo, los productos frescos a veces son el origen de intoxicaciones alimentarias. El bacilo E. coli 0157:57 puede estar presente en los zumos no pasteurizados y la Listeria en el repollo. Para disfrutar sin riesgo de una amplia variedad de frutas y verduras frescas, basta con respetar unas normas básicas de higiene.

    Al consumir frutas y verduras crudas, se corre el riesgo de ingerir también, cualquier residuo que haya quedado en ellas al estar en contacto con alguna superficie sucia o sustancia tóxica. Cabe mencionar, entre los elementos nocivos, los microorganismos que se encuentran en los fertilizantes orgánicos, el agua de riego y la del primer aclarado, los microbios presentes en las manos de quienes recogen el producto, en los contenedores donde se almacena y en los vehículos donde se transporta, así como las defecaciones de las aves que vuelan sobre los campos de cultivo.

    Para reducir el riesgo de intoxicación microbiana, aplique las siguientes medidas:

    • Cuando haga la compra, procure seleccionar frutas y verduras de apariencia fresca y en buenas condiciones; evite las que huelan a rancio o las que estén podridas o tengan moho. Nunca compre verduras empaquetadas que tengan líquido en el interior del envoltorio, aunque es normal que aparezca algo de condensación en los paquetes de ensaladas preparadas.
    • Al escoger los productos, hágalo con cuidado, ya que hasta los de apariencia más consistente pueden presentar señales de golpes. Compre únicamente lo que vaya a consumir. Algunas frutas y verduras, como las manzanas y las zanahorias, se conservan bien, pero la mayoría de estos alimentos deben consumirse en pocos días.
    • Almacene de inmediato todos los productos en un refrigerador limpio y a baja temperatura (5°C). Los plátanos, tomates u otras frutas que no estén suficientemente maduras pueden dejarse a temperatura ambiente.
    • Lea y siga las indicaciones del envoltorio de las frutas y verduras envasadas, tales como "Consérvese en frío", "Consumir preferentemente antes de…", o "Caduca el…". Tire cualquier producto que haya guardado durante demasiado tiempo, o que huela mal o parezca rancio.
    • Lave tanto la fruta como la verdura bajo un chorro abundante de agua limpia antes de consumirla. Retire la piel o la cáscara y las hojas exteriores. Si va a comer también la piel, frote bien la superficie. Antes de trocear y servir crudas frutas o verduras de piel resistente, como melones (cuando los sirva en un plato compuesto), manzanas o zanahorias, lávelos a conciencia con un cepillo destinado exclusivamente a ese uso y abundante agua. Los frutos más pequeños y delicados, como fresas, frambuesas, moras, etc., han de enjuagarse en un colador para evitar cualquier posible riesgo de intoxicación. Un buen lavado elimina las bacterias, los virus y los residuos nocivos que se hayan adherido a la superficie.
    • Lave el alimento justo antes de consumirlo, no cuando vaya a guardarlo. Lávese bien las manos antes de tocarlo. Si ha manipulado antes carne cruda, asegúrese de que la superficie y los utensilios que ha utilizado y sus manos estén limpios antes de ponerlos en contacto con cualquier producto fresco (o cualquier otro alimento).
    • Cubra cuidadosamente los recipientes que contengan fruta o verdura cortadas. Guarde la macedonia de frutas o cualquier alimento cortado en el refrigerador hasta el momento de servirlo. Deseche cualquiera de esos alimentos si han estado fuera de la nevera durante más de cuatro horas.

    La fruta y la verdura frescas, además de ser sabrosas y agradables al paladar, constituyen una fuente esencial de las vitaminas, los minerales y la fibra indispensables en nuestra dieta. Disfrutémoslas diariamente en toda su variedad como parte de una dieta sana.