¿Qué hacer si el congelador no funciona?

Última actualización : 01/12/1999
índice

    El congelador desempeña un papel importante en la vida doméstica. Si deja de funcionar, se pueden seguir estas sencillas recomendaciones para evitar la descomposición de los alimentos y el mal olor resultante.

    Si es probable que el problema se solucione en 24 horas, lo más adecuado es dejar la comida en el interior con la puerta cerrada. Evite abrir la puerta para comprobar el estado de la comida; eso sólo contribuirá a aumentar la temperatura. Si va a tardar más de un día en volver a funcionar, es conveniente trasladar su contenido a otro frigorífico.

    La rapidez del deterioro durante el segundo día depende de la cantidad de comida almacenada en el congelador. Si está lleno, el contenido se mantendrá refrigerado otro día más. Si se encuentra a media capacidad y en una habitación caldeada, y la comida no tardará en descongelarse y empezará a gotear.

    En cuanto vuelva a funcionar con normalidad, el siguiente paso será recuperar un máximo del contenido. Por lo general, los productos que lleven varias horas descongelándose no deben congelarse de nuevo, de modo que han de desecharse. Sin embargo, ciertos alimentos resisten mejor la descongelación que otros, por lo que tendrá que verificar su estado uno a uno.

    La comida precocinada y el marisco no pueden volver a congelarse, así que deben desecharse si han alcanzado una temperatura superior a 5°C durante más de tres horas. Para comprobarlo, basta con oprimir el envoltorio sin abrirlo y si hay cristales de hielo la temperatura es inferior a 5°C. Si no presenta cristales de hielo, tire el producto.

    La carne roja y de ave y el pescado crudos resisten mejor la descongelación que los platos precocinados. La carne cruda expuesta a más de 5°C durante un máximo de seis horas puede aprovecharse, si se consume de inmediato. Para evitar cualquier riesgo, se ha de cocinar a una temperatura interna de 75°C. Tanto la carne roja como las aves que conserven cristales de hielo, pueden volver a congelarse.

    La fruta resiste muy bien la descongelación; la calidad apenas se resiente y puede cocinarse o consumirse directamente con toda tranquilidad. Si no presenta ningún signo de deterioro, también se puede volver a congelar, mientras que la verdura sólo podrá guardarse de nuevo en el congelador si todavía conserva cristales de hielo. Los productos de panadería o repostería que normalmente se conservan varios días a temperatura ambiente, pueden volver a congelarse siempre que no se haya formado moho. Los postres cocinados al horno recubiertos o rellenos de nata o crema, así como los flanes y helados deberán desecharse.

    A veces no se puede calcular con exactitud el tiempo que los alimentos llevan descongelándose. En ese caso, lo más seguro es tirarlo todo.

    Los congeladores pueden contener una gran variedad de microbios psicrotróficos (los que se reproducen en el frío). Algunos resultan peligrosos; otros, simplemente producen mal olor.

    Cuando el congelador o el frigorífico no están en funcionamiento, el aumento de la temperatura contribuye a que estos microbios se multipliquen con gran rapidez. El líquido que se desprende de los alimentos que se descongelan puede filtrarse en las hendiduras y pudrirse, provocando malos olores en la nevera. Cuando se trata de un refrigerador y un congelador integrados en un solo aparato, los focos de infección pueden pasar del uno al otro y conservar así el hedor y el riesgo de intoxicación alimentaria.

    Para evitarlo, limpie a fondo los dos compartimentos con lejía de uso doméstico, diluida según las instrucciones de la etiqueta.

    Cuando lave las superficies, no olvide utilizar un paño nuevo y limpio, para evitar que los millones de microbios que podría contener un trapo viejo vuelvan a contaminarlas. La limpieza debe concluir con un buen aclarado, mediante una solución a base de bicarbonato de sodio. Cuando huele a moho, suele deberse a la presencia de ácidos grasos volátiles y, como las sales que éstos forman con el sodio no son volátiles, el bicarbonato resulta muy eficaz para evitar los olores.

    Si su congelador se avería, acarreará una pérdida de alimentos, tiempo y dinero. Le recomendamos que prevea la forma en que va a actuar en caso de emergencia, antes de que se presente.

    Fuentes:

    1. North Carolina Cooperative Extension Services. The Notebook of Food and Food Safety Information. 1997.
    2. VanGarde, Shirley J. and Margy Woodburn. Food Preservation and Safety: Principles and Practice. Iowa State University Press, 1994.