¿Qué son las enfermedades no transmisibles y cómo podemos reducir nuestro riesgo?

Última actualización : 24 July 2023
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    Las enfermedades no transmisibles (ENT) son un importante problema de salud pública en todo el mundo y su prevalencia va en aumento debido a la creciente esperanza de vida, el crecimiento de la población, la urbanización y los cambios en los estilos de vida. Muchas ENT se pueden prevenir y ciertos cambios en el estilo de vida pueden reducir nuestro riesgo de desarrollarlas.

    En este artículo conoceremos qué son las ENT y hablaremos también de las estrategias que pueden ayudar a reducir nuestro riesgo de padecer estas enfermedades, con un enfoque en el papel de la dieta y la actividad física.

    ¿Qué son las enfermedades no transmisibles y cuál es la carga de morbilidad?

    Las ENT son un grupo de enfermedades que no son contagiosas, tienden a ser de larga duración y, a menudo, se desarrollan durante un largo período de tiempo.1 Por lo general, requieren tratamiento y cuidados a largo plazo, como cambios en el estilo de vida o medicación. Los cuatro tipos principales de ENT son: enfermedades cardiovasculares (ECV), cánceres, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes y enfermedades renales.

    Las ENT son la principal causa de muerte y discapacidad en todo el mundo, independientemente de los grupos de edad, las regiones y los países.1 En la región europea, se estima que las ENT son responsables del 90 % de todas las muertes y del 84 % de la carga total de morbilidad.2 También se asocian con costes sanitarios elevados: las ECV costaron 54.000 millones de euros en pérdidas de productividad y casi 45.000 millones en cuidados informales en 2015, mientras que  los cánceres costaron más de 66.000 millones de euros en pérdidas de productividad y más de 25.000 millones de euros en cuidados informales y familiares en 2018.3

    Imagen 1. Las 10 principales causas de muerte en Europa.2

    Aunque se suele pensar que las ENT afectan principalmente a las personas mayores, más del 50 % de la carga mundial recae en personas menores de 70 años.2 Aunque el envejecimiento es un factor de riesgo en el desarrollo de las ENT, la carga global no es simplemente el resultado del envejecimiento de la población. En muchos casos, las ENT que se desarrollan más tarde en la vida son el resultado de malas elecciones de estilo de vida tomadas durante la juventud o la edad adulta temprana. Por lo tanto, elegir un estilo de vida positivo es clave para la prevención de las ENT en cualquier etapa de la vida.

    Enfermedades cardiovasculares

    Las ECV son un grupo de trastornos relacionados con el corazón y los vasos sanguíneos.4 Algunas formas comunes de ECV son:

    • Enfermedad coronaria: una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardíaco.
    • Enfermedad cerebrovascular: enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro.
    • Enfermedad arterial periférica: enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan los brazos y las piernas.
    • Trombosis venosa profunda y embolia pulmonar: enfermedad en la que los coágulos de sangre en las venas de las piernas se desprenden y se mueven al corazón y los pulmones.

    Muchas ECV están relacionadas con un proceso llamado aterosclerosis, donde la placa grasa se deposita y se acumula en el interior de las paredes internas de los vasos sanguíneos. Esto puede bloquear el flujo de oxígeno y nutrientes desde el corazón al resto del cuerpo. Por ejemplo, un ataque cardíaco se produce cuando el flujo de sangre a las arterias del corazón se reduce o bloquea gravemente. Un derrame cerebral se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro o por la formación de un coágulo de sangre dentro del cerebro.

    En Europa, la carga de las ECV sigue siendo mayor que la de cualquier otra enfermedad. En 2019, casi 100 millones de personas vivían con ECV, con más de 72 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD).2 Los AVAD representan la carga total de la enfermedad, tanto de los años de vida perdidos como de los años vividos con discapacidad. En otras palabras, se perdieron más de 72 millones de años de vida saludable debido a las ECV.

    Imagen 2. Carga de morbilidad de las enfermedades cardiovasculares, en años de vida ajustados por discapacidad por cada 100.000 personas.2

    Cánceres

    Los cánceres son un amplio grupo de enfermedades que pueden originarse en casi cualquier órgano o tejido del cuerpo.5 El desarrollo del cáncer comienza cuando las células anormales en el cuerpo crecen de forma incontrolada, traspasan sus límites habituales y comienzan a invadir partes contiguas del cuerpo y a propagarse a otros órganos (también conocido como metástasis).

    El cáncer de próstata, pulmón, colorrectal, vejiga y piel son los tipos más comunes de cáncer en los hombres, mientras que el cáncer de mama, colorrectal, pulmón, cuello uterino y piel son los más comunes entre las mujeres.6 En Europa, más de 122 millones de personas vivían con cáncer en 2019, con casi 50 millones de AVAD.2

    Imagen 3. Carga de morbilidad de los cánceres, en años de vida ajustados por discapacidad por cada 100.000 personas.2

    Enfermedades respiratorias crónicas

    Las enfermedades respiratorias crónicas son un grupo de enfermedades que afectan a los pulmones y a las vías respiratorias.7 Las más comunes son la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma, las enfermedades pulmonares ocupacionales y la hipertensión pulmonar. Aunque las enfermedades respiratorias crónicas no se pueden curar, existen numerosos tratamientos que pueden ayudar a abrir las vías respiratorias y reducir la dificultad para respirar, lo que puede ayudar a controlar los síntomas y mejorar la vida diaria de las personas que padecen estos trastornos.

    En Europa, casi 80 millones de personas vivían con enfermedades respiratorias crónicas en 2019, con más de 10 millones de AVAD.2

    Diabetes y enfermedades renales

    La diabetes es una enfermedad que se produce cuando la glucosa en la sangre (a menudo llamada azúcar en sangre) es demasiado alta.8 Existen diferentes tipos de diabetes, de los cuales el tipo 2 es el más común.

    En los pacientes con diabetes tipo 2, el organismo no produce suficiente insulina o no puede utilizarla adecuadamente, un proceso conocido como resistencia a la insulina. La insulina es una hormona producida en el páncreas que permite que el cuerpo utilice la glucosa (azúcares) para obtener energía. Como resultado, esto significa que los niveles de glucosa en la sangre siguen aumentando. Si la diabetes no se diagnostica o se controla mal, puede provocar complicaciones como ceguera, insuficiencia renal o amputación de las extremidades inferiores. La diabetes también aumenta el riesgo de la ECV y otras enfermedades.

    La diabetes tipo 2 ha ido en aumento en las últimas décadas, debido en parte al creciente número de personas afectadas por sobrepeso. El sobrepeso o la obesidad aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, especialmente si el exceso de peso se encuentra alrededor del abdomen. En Europa, alrededor de 70 millones de personas vivían con diabetes tipo 2 en 2019, con más de 9 millones de AVAD.2

    Imagen 4. Carga de morbilidad de la diabetes de tipo 2, en años de vida ajustados por discapacidad por cada 100.000 personas.2

    ¿Cómo podemos reducir nuestro riesgo de enfermedades no transmisibles?

    Las ENT suelen ser el resultado de una combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y de comportamiento. Sin embargo, los factores de comportamiento son los principales impulsores de las ENT. Al cambiar los principales factores de riesgo modificables, se estima que podría prevenirse el 80 % de todos los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares prematuros y el 30-50 % de los casos de cáncer.5,9

    Las cuatro principales ENT (enfermedades cardiovasculares, cánceres, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes y enfermedades renales) comparten cuatro factores de riesgo modificables: una dieta poco saludable, inactividad física, consumo de tabaco y consumo de alcohol.1 Estos factores de riesgo pueden aparecer como presión arterial elevada (hipertensión), sobrepeso/obesidad, aumento de la glucosa en sangre (hiperglucemia) y niveles elevados de grasa en la sangre (hiperlipidemia). Al llevar un estilo de vida positivo, podemos reducir significativamente nuestro riesgo de ENT.

    Adoptar una dieta saludable

    Una alimentación sana es una parte fundamental para mantenernos sanos. Para estar sanos necesitamos más de 40 nutrientes distintos y no hay un solo alimento que los proporcione todos, por tanto, debemos consumir una amplia variedad de alimentos. Adoptar una dieta saludable es también uno de los factores clave para ayudar a prevenir el aumento de peso. El sobrepeso y la obesidad afectan a casi el 60 % de los adultos y a 1 de cada 3 niños en la región europea, y son uno de los principales factores involucrados en el desarrollo de las ENT.10 Para ayudar a prevenir el aumento de peso poco saludable, es fundamental reducir las calorías y aumentar el gasto energético.

    Para una dieta saludable, procure:11

    • Comer frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales variados;
    • Comer al menos 400 g (5 porciones) de frutas y verduras variadas al día, excluyendo patatas, boniatos, yuca y otras raíces feculentas;
    • Consumir la menor cantidad posible de azúcares añadidos y libres;
    • Limitar las grasas totales a menos del 30 % de la ingesta energética diaria total, para evitar el aumento de peso poco saludable (es decir, ≤ 66 g para una dieta de 2000 kcal y ≤ 83 g para una dieta de 2500 kcal);
    • Limitar las grasas saturadas a menos del 10 % de la ingesta energética diaria total (es decir, ≤ 20 g para una dieta de 2000 kcal y ≤ 25 g para una dieta de 2500 kcal), mediante su sustitución por grasas poliinsaturadas;
    • Limitar la ingesta de sal a no más de 5 g por día.

    Alimentos y bebidas relacionados con el cáncer

    Para ciertos alimentos y bebidas, tenemos pruebas sólidas sobre su relación con el cáncer. Los alimentos y bebidas asociados con un mayor riesgo de cáncer incluyen carne procesada (aumenta el riesgo de cáncer colorrectal), alimentos ricos en calorías y bebidas azucaradas (su consumo en exceso conduce al aumento de peso que está relacionado con muchos cánceres) y bebidas alcohólicas (aumentan el riesgo de muchos cánceres). Por el contrario, entre los alimentos y bebidas que ayudan a prevenir el cáncer se encuentran los productos lácteos (disminuyen el riesgo de cáncer colorrectal), los alimentos ricos en fibra como los cereales integrales, las verduras, las frutas y las legumbres (ayudan a proteger del cáncer colorrectal y el aumento de peso) y el café (disminuye el riesgo de cáncer de hígado y de endometrio). Para el resto de los alimentos y bebidas, las pruebas no son concluyentes y su calidad es deficiente para sacar conclusiones.12

    Ser físicamente activo

    La actividad física regular ayuda a prevenir y controlar muchas ENT, incluidas las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y varios tipos de cáncer.13 También ayuda a bajar la presión arterial, a mantener un peso corporal saludable y puede mejorar la salud mental, la calidad de vida y el bienestar. Tanto la actividad física de intensidad moderada (es decir, actividades que aumentarán su respiración y ritmo cardíaco, pero con las que aún así podrá mantener una conversación, por ejemplo, caminar a paso ligero, bailar, trabajos de jardinería, tareas domésticas y en el hogar) como la de intensidad vigorosa (es decir, actividades que provocarán una respiración agitada en las que no podrá mantener una conversación, por ejemplo, correr, nadar a gran velocidad, montar en bicicleta a gran velocidad y deportes competitivos) mejora la salud.

    Existen recomendaciones específicas sobre la cantidad de actividad física necesaria para diferentes grupos de edad.13

    Tabla 1 Resumen de la recomendación de la OMS sobre el nivel mínimo de actividad física para la salud

    Rango de edad Entre 5 y 17 años Entre 18 y 64 años Más de 65 años
    Recomendaciones 60 minutos de actividad de intensidad moderada a vigorosa por día 150-300 minutos de actividad moderada o 75-150 minutos de actividad vigorosa a lo largo de la semana Igual que los adultos de 18 a 64 años, o tanta actividad física como lo permitan sus habilidades y condiciones
    Se debe incorporar actividad de intensidad vigorosa, incluidas aquellas que fortalecen los músculos y los huesos, al menos 3 veces por semana Actividades de fortalecimiento muscular de intensidad moderada o superior que involucren todos los grupos musculares principales en 2 o más días a la semana También incluir actividades que mejoren el equilibrio y prevengan las caídas 3 o más veces por semana
    Limite la cantidad de tiempo que pasa siendo sedentario, especialmente la cantidad de tiempo de pantalla recreativa Limite el tiempo de sedentarismo  

    Diga “no” al tabaco

    El consumo de tabaco es una de las principales causas de ENT prevenibles, incluido el cáncer de pulmón, las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. El tabaco representa más de 8 millones de muertes evitables en todo el mundo cada año. Todas las formas de tabaco son dañinas y no existe un nivel seguro de exposición al tabaco.14

    Limitar el consumo del alcohol

    El consumo de alcohol está asociado a muchas enfermedades no transmisibles importantes, como los daños hepáticos, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Cuando se trata del consumo de alcohol, no hay una cantidad segura que no afecte la salud.15

    Consulte cuál es el riesgo que corre con su médico de cabecera

    Nuestro riesgo de ENT aumenta a medida que envejecemos. El aumento de la presión arterial, el aumento de la glucosa en la sangre, el aumento de los lípidos en la sangre y el sobrepeso/obesidad indican un mayor riesgo de ENT y pueden ser medidos por su médico de cabecera. La detección temprana de estos factores de riesgo puede ayudar a prevenir o controlar la progresión de las ENT.

    Conclusión

    Las ENT, como las ECV, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes y las enfermedades renales, son la principal causa de muerte y discapacidad en todo el mundo. Sin embargo, estas enfermedades a menudo se pueden prevenir haciendo cambios simples pero eficaces en nuestra dieta y estilo de vida. Al adoptar una dieta saludable, realizar actividad física regular, evitar el tabaco y limitar el consumo de alcohol, podemos reducir significativamente nuestro riesgo de desarrollar estas enfermedades. Además, las revisiones médicas regulares y la detección temprana pueden ayudar a prevenir o controlar la progresión de estas enfermedades.

    Referencias

    1. World Health Organization. Noncommunicable diseases. Accessed 24 April 2023.
    2. IHME. (2019). Global Burden of Disease. Accessed 24 April 2023.
    3. European Commission. Cost of Non-Communicable Disease in the EU. Accessed 24 April 2023.
    4. World Health Organization. Cardiovascular diseases (CVDs). Accessed 24 April 2023.
    5. World Health Organization. Cancer. Accessed 24 April 2023.
    6. European Commission. Estimates of cancer incidence and mortality in 2020, for all cancer cites. Accessed 24 April 2023.
    7. World Health Organization. Chronic respiratory diseases. Accessed 24 April 2023.
    8. World Health Organization. Diabetes. Accessed 24 April 2023.
    9. World Health Organization. (2015). Cardiovascular diseases: Avoiding heart attack and strokes. Accessed 24 April 2023.
    10. World Health Organization. (2022). WHO European regional obesity report 2022. World Health Organization. Regional Office for Europe.
    11. World Health Organization. (2020). Healthy diet. Accessed 24 April 2023.
    12. World Cancer Research Fund/American Institute for Cancer Research. (2018). Diet, Nutrition, Physical Activity and Cancer: a Global Perspective. Continuous Update Project Expert Report 2018.
    13. World Health Organization. (2020). WHO guidelines on physical activity and sedentary behaviour: web annex: evidence profiles.
    14. World Health Organization. (2022). Tobacco. Accessed 24 April 2023.
    15. Anderson et al. "Health and cancer risks associated with low levels of alcohol consumption." The Lancet Public Health 8, no. 1 (2023): e6-e7.